Muchas son las personas que no entienden el motivo por el que visito continuamente estas zonas lúgubres y sin vida. Sólo la gente enamorada de estos sitios es capaz de ver la belleza escondida en donde hace meses, años, décadas e incluso siglos, existía la vida que hay en cualquier zona habitada hoy en día. Cada abandono es un mundo, una nueva historia que nos narran las paredes de cada ruina con sus detalles, recuerdos y objetos olvidados a su suerte, que nos ayudan a plasmarlos en su época en la que lucían con su máximo esplendor. Para mí, es la única manera de devolverle la vida a unos lugares cuyo destino es ser engullidos lentamente por la naturaleza, aunque sea por medio del pensamiento.