REPORTAJE PUBLICADO EL 14 DE DICIEMBRE DE 2.016.

 

El documento más antiguo conocido de este edificio es un privilegio firmado el 30 de noviembre de 1596.
Se divide en planta baja, dos pisos y terraza con balaustrada y mirador.

 Este edificio tuvo muchas funciones antes de ser un preventorio, como detallo a continuación:

 

EL BALNEARIO

En 1844 se construyeron dos edificios, uno para los clientes menos acomodados y otro (el Hotel) para los clientes más pudientes. Poco a poco se fue llenando de edificaciones dispuestas a alojar a las numerosas visitas de esta zona tan privilegiada. El Balneario se convirtió en uno de los más importantes del país.

En el hotel existían grandes comedores con vistas al mar, bodegas y cocinas, habitaciones de lujo con magníficas vistas, departamentos privados ricamente amueblados, con salas de baño perfeccionadas, gran hall, salones, salón de peluquería, alumbrado por electricidad, calefacción central y demás accesorios propios de un establecimiento de primera categoría.

 

EL PREVENTORIO

El Hotel cerró hacia 1920 y en 1936, fue adquirido por el Estado y se convirtió en un Preventorio Nacional Infantil destinado al tratamiento de niños con tuberculosis. En los años 60, cuando se erradicó la enfermedad de la tuberculosis, se abandonó el edificio. Se buscaron muchas utilidades como residencia militar y hospital entre otras, pero ninguna se llevó a cabo.
Hacia 1973, el Patronato Nacional Antituberculoso hizo un proyecto para rehabilitar el edificio pero todo quedó en el papel. En 1989, la empresa Prognosis S.A adquirió el edificio en subasta pública con la intención de renovarlo, pero tras varios pleitos con el Ayuntamiento, el edificio volvió a quedar en total abandono.

Actualmente, sólo queda el edificio principal y un edificio anexo. Se prevee convertir de nuevo este edificio en un balneario, pero dicho proyecto lleva años parado. Hasta ahora, sólo han reforzado las fachadas para intentar que el edificio no acabe desplomándose mientras continúa su larga espera…

 

Agradecimiento a Sandra S. por la colaboración en este reportaje.